viernes, 7 de septiembre de 2007

Nuestro capitán sin navío

Por segunda vez en el año se me muere un abuelo cuando estoy en el extranjero. Sobra decir que no es más fácil la segunda.

Hoy se murió mi abuelo, tata de mi tata. Murió dormido por un deterioro en los pulmones.

Aquí, sentado y medio aturdido en el hemisferio sur, son inesperadas las cosas que sé que nunca me olvidaré de él.

Recuerdo como inmortalizó a sus pastores alemanes (uno de las cuales, si mal no recuerdo, guiado por su olfato llegaba hasta la carnicería) al bautizar su disco duro como Diabla. La primera vez que usé esa iMac entendí la magnífica sutileza que hay en un buen nombre. Cabe mencionar que sigo sin escuchar un mejor nombre para perro.

Igual de inesperado que su habilidad para bautizar bien era su singular estilo.

Contaba con un enigmático talento para lograr que una gorra de capitán – siempre ligeramente torcida – no fuera fuente de ridículo sino símbolo de una envidiable personalidad. Lucía las medias por encima de los pantalones cuando jugaba golf y usaba un espantoso finish para tandear a los Muchachones del Country.

Su carruaje por excelencia fueron los pick-ups y, para mí, tuvo pick-ups antes que tener pick-ups fuera cool.

De él aprendí que hay que pelear por las cosas que valen la pena y olvidar las que no. (Recientemente aprendí que compartimos la certeza que ponerle nombre a la calles pertenece al primer grupo.) Verlo con Ata también me enseñó que no hay convicción como la de una mujer determinada y que a veces es más fácil hacerles caso.

Pero su más importante legado para nosotros sus nietos será un impecable apellido. Eso sólo una vida como la de Tata lo puede heredar.

Fue Negro para unos, Doctor para otros, Tata para mí, pero inolvidable para todos.

Un beso y un abrazo, Tata.

2 comentarios:

  1. Al terminar de leer, no cabe duda que Gregorio logro resaltar las características, que nosotros como sus nietos, siempre recordaremos de su gran personalidad.

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  2. Grego, no te puedes imaginar lo que nos hiciste sentir a todos!! Espero que le recuerdes todas esas cosas tan especiales a Rebeca y a Rodrigo que no tendran la dicha de conocer y disfrutar personalmente a Tata, solo a traves de las historias de todos nosotros. Te queremos muchisimo...
    Urbina Posner

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